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Intimidad con Dios: Unos de los valores centrales más profundos es el énfasis que le damos a la presencia de Dios. Sin Su presencia, dejariamos de ministrar.

Uno de nuestros valores fundamentales y más profundos es el énfasis que ponemos en la presencia de Dios. Sin su presencia en nuestro ministerio, nuestro ministerio terminaría.

No queremos ser culpables de “ tener apariencia de piedad, pero negar la eficacia de ella” 2 tim 3: 5-7 que existe en una religión vacía de una relación. Creemos que nuestro primer y más importante ministerio como creyentes es “Amar al Señor (nuestro) Dios con todo nuestro corazón, mente y fuerza” y nuestro segundo ministerio es el “amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”. Creemos que esta es la clave de sostener una cultura de Reino en nuestro medio.

La autoridad del creyente y el precio del Evangelio: Creemos que la gran comisión es también el llamado a tomar nuestra cruz y seguirle. Creemos que nuestro llamado es entregarle nuestras vidas y no tener temor de sufrir por el evangelio. Sin embargo, también creemos que Dios ha dado autoridad a los creyentes de hablar la palabra de Dios por el poder del Espíritu Santo, y recibir liberación. Creemos que hay un momento de permanecer como Esteban lo hizo y dar nuestras vidas por el Evangelio, y que también hay tiempos de protección sobrenatural y de liberación. Creemos que este estilo de vida es concedido a los creyentes y que somos llamados a vivir una vida digna de nuestros llamados. Creemos que hay un tiempo designado por Dios para que los creyentes sufran al punto de morir y que no debemos de amar tanto nuestras propias vidas y no debemos temer a la muerte. Creemos que el llamado de seguir a Cristo es un llamado a morir a nosotros mismos y colocar nuestra vida en Sus manos. Creemos que se le ha dado a Jesús toda autoridad en el cielo tanto como en la tierra. Por lo tanto, a causa de que Él comisionó a los creyentes a ir a todas las naciones y predicar su evangelio, su comisión hacia nosotros también viene con autoridad para actuar en Su nombre. A causa de esto, sin temor alguno podemos ir a los lugares más oscuros y violentos de la tierra usando su autoridad que nos ha dado para establecer Su reino.

Dependencia a Dios: Nuestra fe está cimentada firmemente en la provisión de Dios. No nos ataremos a estrategias que utilizan sabiduría terrenal para tratar de hacer la obra del Reino; ni tampoco nos mantendremos en doctrinas que prostituyen las promesas de Dios para ganar posesiones materiales. Creemos que la provisión de Dios vendrá cuando estamos comprometidos con Su visión para la cosecha.

Ir a los confines de la tierra: Creemos que el avivamiento se encuentra entre los que no han sido alcanzados y los pobres. Por lo tanto, nuestro enfoque siempre debe de estar en ser pioneros entre los que no han sido alcanzados. Creemos que Dios está llamando a su iglesia a finalizar la obra de la Gran Comisión con celo y excelencia.

La bondad de Dios: Uno de los valores centrales de nuestro ministerio es la bondad de Dios. Creemos que toda la teología está resumida en la vida y en el ministerio de Jesús. Si podemos ver esto en la vida de Jesús, entonces podremos saber que es la voluntad de Dios. Contrariamente, si no vemos esto en Su vida, entonces podemos saber que no es de Dios. Creemos firmemente en las palabras de Jesús de que “el ladrón no vino sino para matar, robar y destruir, pero Yo he venido para traer vida y vida en abundancia” por lo tanto; podemos saber con certidumbre cual es la voluntad de Dios con respecto a la sanidad y liberación.

Gozo y sufrimiento: Creemos que el sufrimiento es inevitable para los cristianos, sin embargo, no nos aferramos a la enseñanza que tienen algunos sobre que Dios infringe mal sobre sus hijos. Creemos que el sufrimiento al que Jesús nos llama, es para sentir el mismo dolor que Él siente por los perdidos y quebrantados. De “llorar con los que lloran y enlutar juntamente con los enlutados”. Creemos que el sufrimiento bíblico es ver las cosas como Él las ve. Nos aferramos a las palabras dichas por el apóstol Pablo donde declara que “debemos de dar gracias en todo”. Esto nos da la habilidad de tener un gozo sobrenatural ante cualquier situación. Ya sea en pruebas, tribulaciones y/o en la abundancia, creemos que el gozo sobrenatural viene del Espíritu Santo. Creemos que este gozo es para aquellos que le sirven a Dios, y que están dispuestos a sufrir por su nombre.

El matrimonio: Creemos que El matrimonio es la relación humana más básica entre un hombre y una mujer, y de esta manera está destinado a refeccionar la relación entre Jesucristo el Novio y Su novia la iglesia (Genesis 2:18-25; Efesios 5: 25-32)

Amor: Creemos que la característica más importante que un creyente puede demostrar es amor. Como menciona el apóstol Pablo en 1 Corintios 13:1-13.

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. 1 Corintios 13:1-13 (RV1960)

Creemos que el amor se ve como algo, de hecho es algo mucho más que un sentimiento, involucra acción. Sin embargo, una acción que no es inspirada por el amor, un amor inspirado por el Espíritu Santo, es una acción que no lleva vida, es muerta. Por lo tanto, nuestro ministerio siempre debe ser motivado por el amor. En primer lugar, para nuestro Dios, y luego hacia las personas que se les estamos ministrando.